La impresión en 3D puede parecer una herramienta específica de las fábricas industriales de alta tecnología, pero no se descarta en rubros donde puede apoyar a otros sectores, por ejemplo, el sector salud y la industria de alimentos, respaldando los esfuerzos de salud y sostenibilidad.
Gladys Wong, dietista principal senior del Hospital Khoo Teck Puat (KTPH), en Singapur, a través de un foro en la Universidad Tecnológica de Singapur (STUD, por sus siglas en inglés) explicó que los alimentos hechos puré para pacientes en los hospitales no parecen apetitosos, generando la desnutrición, por tanto, crear comestibles impresos en 3D con formas atractivas y nutrientes necesarios pueden ser una alternativa para cambiar el aspecto de los comestibles.
Alimentar a las personas de edad avanzada y a pacientes con dificultades para masticar o tragar, pacientes con accidentes cerebrovasculares, demencia progresiva o aquellos que no pueden ingerir alimentos de forma adecuada, es un reto para la Universidad de Singapur y el KTPH quienes están trabajando en varios proyectos de investigación de impresión de alimentos en 3D.
El hospital será parte de las pruebas cuando se complete la investigación cuando una impresora, tintas alimentarias y normas de seguridad alimentaria entren en vigor.
“Todo esto está en línea de producción de un sistema de atención médica que esté listo para nuestra población que envejece o padece alguna patología que no permite a las personas dejar comer adecuadamente”, agregó Gladis Wong, quien participó en un panel donde se discutió la comercialización y adopción de alimentos impresos en 3D.
Las aplicaciones son diversas, en el campo de la salud se pueden crear modelos impresos en 3D de órganos con el fin de brindar a los cirujanos la posibilidad de mejorar la calidad de vida de los usuarios reduciendo las complicaciones, el tiempo de intervención, ofreciendo el cuidado más profesional y personalizado.
Además, la bioimpresión en 3D también permite reproducir piel a partir de células y se prevé que en 10 años se puedan reproducir prótesis, tejidos vivos, órganos humanos vitales, mejorando la calidad de vida de las personas mientras se reducen los costos.
Por otra parte, en el sector alimenticio puede ser viable técnicamente y podría suponer un reto competitivo para los productores tradicionales, una solución a considerar si se tiene en cuenta las necesidades alimentarias de la población.
Según datos de las Organización Mundial de la Salud (OMS) en el año 2050, se espera que el planeta llegue a 9 mil 600 millones de habitantes y la industria alimentaria basadas en la impresión 3D puede ser una herramienta potencial para desarrollar alimentos en los siguientes 10 años.
Cabe señalar, las ventajas y oportunidades del sector salud y la industria alimenticia a nivel global se abren al futuro con las impresiones en 3D. Sin duda, pueden traer consigo un gran cambio en el futuro de la alimentación, principalmente desde la perspectiva de la personalización relacionada con los niveles de nutrientes hasta la perspectiva emocional del diseño.