Científicos han comenzado la búsqueda de vida extraterrestre en el Sistema Solar, pero tal hallazgo puede ser sutil o profundamente diferente de la vida en la Tierra. Los métodos basados en la detección de moléculas particulares como Biofirmas pueden no aplicarse a la vida con una historia evolutiva diferente.
Así lo señalaron los investigadores de un nuevo estudio en conjunto entre Japón y Estados Unidos, dirigido por científicos del Earth-Life Science Institute (ELSI) del Instituto de Tecnología de Tokio. El informe detalla que han desarrollado una técnica basada en el aprendizaje automático que evalúa mezclas orgánicas complejas utilizando espectrometría de masas para clasificarlas en biológicas o abiológicas.
La espectrometría de masas (EM) es la técnica principal en la que los científicos se basaron en las búsquedas de naves espaciales para la vida extraterrestre. La EM tiene la ventaja de medir al mismo tiempo varios compuestos presentes en las muestras tomadas previamente, proporcionando una especie de huella digital de la composición extraída del espacio.
Sin embargo, interpretar esas huellas dactilares puede ser complicado, aunque los científicos no pierden la esperanza en su experimento, pues todos los seres vivos de la Tierra se derivan de un ancestro terrestre antiguo en común. Aunado a ello, los procesos químicos naturales también son capaces de producir muchos de los bloques los cuales constituyen las moléculas biológicas.
Una pregunta que ha rondado por años en la mente de los científicos es saber si de verdad el ser humano está solo en el Sistema Solar. La humanidad ha buscado vida en otros planetas desde la misión espacial Viking 2 de la NASA cuando viajó a Marte en 1976.
Científicos buscando vida extraterreste
Actualmente existen numerosas maneras en que los científicos están buscando vida en otros sitios del Sistema Solar. Ello incluye desde escuchar señales de radio de civilizaciones avanzadas, hasta buscar diferencias sutiles en la composición atmosférica de los planetas alrededor de otras estrellas.
Otros proyectos recientes son el Rover Mars Curiosity de la NASA, que está enfocado en recolectar muestras de compuestos orgánicos en busca de evidencia de vida en Marte. A diferencia de otros proyectos espaciales, las mediciones por medio de EM están basadas en detectar de forma única cada pico con una molécula en particular en una mezcla orgánica compleja.
Cabe señalar, una mezcla compleja está relacionada estrechamente con los seres vivos, pero esos patrones son mucho más difíciles de detectar para un humano que la presencia o ausencia de tipos moleculares individuales. Para llegar a esta conclusión, los investigadores utilizaron información sin procesar en un algoritmo de aprendizaje automático por computadora.
Los algoritmos fueron capaces de clasificar con precisión el 95 por ciento de las muestras vivas y no vivas después de simplificar considerablemente los datos sin procesar. Un hecho plausible para el aprendizaje automático, pues un algoritmo convencional de baja potencia no puede calcular grandes cantidades de información al mismo tiempo clasificarla.
Por ahora, científicos señalan que su trabajo podría ofrecer amplias ventajas para buscar vida extraterrestre en el Sistema Solar y posiblemente puede ser empleado para recrear los orígenes de la vida en laboratorios. El equipo planea realizar un seguimiento con más estudios para comprender exactamente qué aspectos de este tipo de análisis de datos permiten una clasificación exitosa y así encontrar vida en otros planetas.
NotiPress/Andrés Zimbrón
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