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Marketing espiritual, redes sociales y los nuevos mandatos a la hora de sanar

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El marketing espiritual trae algunas imposiciones de la cultura del bienestar, esconden muchos mensajes dañinos y se convierten en otras exigencias que muchas veces nos dejan más desolados que antes. Por Natalia Carcavallo


“Que tenés que meditar para vibrar alto, que tenés que comer esto porque lo otro es malo, que tenés que hacer este ritual para sanarte a vos y a todo tu linaje, que tenés que tomar esta planta o hacer esta limpieza energética, que tenés que soltar, confiar, amarte, perdonar”.
Es demasiado todo lo tenemos que hacer para “sanar” y para pertenecer a esta nueva cultura del bienestar que a veces solo termina generando ansiedad, culpa y exigencia.


El bienestar físico, emocional y espiritual es un proceso y una construcción que no necesariamente requiere cumplir con los mandatos y estereotipos de las redes sociales.
De hecho, muchas poses y discursos luminosos realmente no se hacen cuerpo en la realidad y se vuelven contraproducentes.“

Hace un tiempo me encontré con estos párrafos en modo catarsis de Anabella Musante y sentí que los podría haber escrito yo.
Nosotras, como miles de personas, hemos vivenciado muchas experiencias, técnicas, terapias y prácticas en busca de sanar esas heridas que llevamos para sentirnos mejor, para vivir en mayor coherencia, con menos limitaciones y para sentir que tenemos algo valioso para ofrecer.
Las dos, celebramos la información, los nudos que se fueron deshaciendo y la posibilidad de haber podido ir en busca de un sentido para que ciertas angustias que creímos que nos constituían fueran perdiendo su poder.

Es prometedor que, en este tiempo, emerjan a la superficie un montón de saberes que nos guían para poder ejercer una práctica espiritual en lo cotidiano. Algunos, nos ayudan a encontrar caminos. De a poco, vamos puliendo la tiranía del ego que a veces nos quiere forzar a encastrarnos en lugares a los que realmente no pertenecemos. Sin embargo, este tiempo nos trae también muchas preocupaciones.

Close-up of Various Words Spelled out in Scrabble Tiles
Photo by Brett Jordan on Pexels

Marketing Espiritual – Hay demasiados mensajes violentos y contradictorios vinculados con el bienestar que confunden

Son peligrosos, no sólo por su forma y por su contenido. El marketing espiritual se promueve a través de falsas promesas y pretende “vender” resultados imposibles.
Durante estas infinitas búsquedas que hemos hecho para que la vida tenga un sentido y que nos devuelva esa anhelada conexión con los lugares más sabios de nosotros mismos, con la alegría, el agradecimiento y el amor, también hemos “comprado” algunas de esas promesas y regresamos de las experiencias más desolados aún.

“En los múltiples caminos posibles de autoconocimiento y de búsquedas de una vida con propósito, muchas personas caen en algún momento en lo que Robert Masters, el reconocido doctor en Piscología y autor de más de 13 libros, que llamó hace muchas décadas, bypassing espiritual. Hace algunos años escribí unos párrafos acerca este concepto.

Self Care Isn't Selfish Signage
Photo by Madison Inouye on Pexels

¿Siempre nos falta algo por sanar?

El marketing espiritual con “La nueva cultura del “bienestar” nos hace creer irónicamente que siempre falta algo por sanar, aprendimos a ver nuestros procesos desde lo que falta, en vez desde lo hecho y lo caminado.” afirma Anabella que acaba de reeditar “Curanderas” un hermoso libro que es una invitación a crear un camino propio de autoconocimiento a través de nuestra ciclicidad, la sexualidad, de la medicina del placer y de la exploración de la sabiduría intuitiva del cuerpo.

Hace unos días, compartimos una conversación amorosa, nutritiva y llena de rebeldía contra los nuevos mandatos del bienestar.
Ella y yo, sin saberlo, estábamos haciéndonos las mismas preguntas
“¿Por qué no podemos evolucionar si no es a través del dolor?”

¿Por qué no podemos evolucionar si no es a través del dolor?

Anabella tenía una respuesta y una propuesta.
“Mi historia, como la de tantas más, estuvo marcada por el dolor. El dolor me llevó a investigar.
¿Qué necesito, qué puedo hacer?
¿Por qué me duele?
Así se inició un camino de autoexploración. Sin embargo, esa no es la única puerta. Podemos aprender desde otro lugar. Esta certeza acompaña también un cambio de época. No hace falta el dolor para iniciar el camino que nos lleve hasta nuestra propia raíz.” afirma.

Desde esta perspectiva y desde hace unos años, Anabella acompaña a cientos de mujeres a iniciar un camino que les permita habitarse con más amorosidad, comprensión y compasión.
Se dedica a guiar los procesos de reconexión de muchas otras mujeres con su sabiduría cíclica sexual y con el poder erótico creativo. Hace unos días, compartió en sus redes una Masterclass en la que profundiza un poco más al respecto.

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Muchas personas vivimos experiencias dolorosas, pero eso no implica que tengamos que sentirnos siempre rotas o no sanadas.
“No es necesario seguir tocando esas heridas todo el tiempo. Tal vez necesitemos repararlas o no. Quizás sólo estén ahí, acompañándonos siempre.
Cuando insistimos permanentemente en sanar aquello que nos duele, perpetuamos ciertos discursos y terminamos recrudeciendo la creencia de que siempre nos falta sanar algo.
En vez de seguir exigiéndonos procesos y más procesos, podemos aprender a aceptarnos, a amarnos y a celebrarnos desde donde estamos, así como estamos, con todo lo que somos”

“No sólo podemos sanar tocando lo doloroso.
A veces, cuando insistimos demasiado por ese camino, nos retraumatizarnos.
Ya sabemos lo que nos duele, conocemos nuestros límites, la autoexigencia desmedida, la carencia y la insuficiencia.

Quizás para muchas de nosotras este sea un tiempo para experimentarnos desde un lugar diferente y amanecer cada mañana, preguntándonos qué nos hace bien, qué herramientas tenemos para encarar un día difícil, que aprendimos durante todos estos años para que ciertas situaciones no nos lleven puestas.
¿Qué nos sostiene?
¿Qué nos regresa a nuestro eje?
En la sociedad en la que vivimos, poder tener nuestro sistema nervioso regulado, es casi un privilegio y una victoria” dice Anabella.

la amistad
la amistad Photo by congerdesign on Pixabay

El placer como fuerza de reconexión con la vida

“A mí, como a tantas otras personas, a veces me regula más detenerme un rato, juntarme con amigas y reírme de mis traumas. Comer algo rico, mirar una película bizarra, prender unos carbones y regar las plantas. Pretender querer arreglarlo todo es una exigencia desmedida e imposible de cumplir. La mayoría de las veces, no llegamos a ese ideal que se nos propone y eso nos genera frustración. En realidad, es probable que tampoco exista y que ese bienestar y la conexión que se promete solo suceda por momentos, como ráfagas que luego se disipan”, dice Anabella.

“Necesitamos pensar distinto sobre el placer y animarnos a experimentarlo de otra forma.
El placer no es sólo genital, ni romántico. Tampoco es productivo.
Una buena pregunta que nos podemos hacer es:

¿Qué es lo que más nos gusta hacer que no es necesariamente productivo?

Empezar a redescubrir el placer en lo real, en lo posible y desde el estado emocional en el que estemos es un gran movimiento. Hay una fuerza que se despliega desde ahí.
Quizás la felicidad como un objetivo a conseguir esté un poco sobrevalorada, pero podemos apoyarnos en lo que nos alegra.
En lugar de cumplir con la nueva cultura del bienestar, quizás lo que necesitemos sea poder cumplir con nosotras mismas, con la necesidad de hacer catarsis, de abrazarnos, de celebrar, de reírnos un rato del drama y animarnos a danzar con el caos.
Después de todo, quizás la vida sea un puro baile de incertidumbre, de humanidad, de sacudones y de transformaciones donde vamos haciendo lo que podemos”, concluye.

Que así sea

Por Natalia Carcavallo
wetoker.com

https://tn.com.ar/salud/bienestar/2024/03/03/marketing-espiritual-redes-sociales-y-los-nuevos-mandatos-a-la-hora-de-sanar


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