Recientemente el Food and Drug Administration de los Estados Unidos (FDA), ha llamado la atención señalando que los psicofármacos pueden provocar en los niños tendencias suicidas.
Aconseja a los médicos, a las familias, a los padres y a quienes cuiden de niños, que observen con cuidado a aquellos que estén consumiendo estas drogas, ya que diversos estudios sugieren que algunas veces ellas pueden desencadenar pensamientos y tendencias suicidas (Science, vol.303, pág. 754, 2004).
Últimamente, se ha difundido mucho el uso del Metilfenidato, tanto para el uso como también para la advertencia en el empleo de este.
El metilfenidato pertenece al grupo de medicamentos llamados estimulantes del sistema nervioso central.
Es el estimulante más usado para tratar el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) – También se usa en el tratamiento de la narcolepsia y para tratar otras patologías según lo determine su médico.
Internacionalmente
Recientemente, fue analizado por un comité de expertos de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de los Estados Unidos, luego de que murieran 25 personas, de las que 19 eran niños. Además de las 25 muertes súbitas, se registraron otros 54 casos de problemas cardiovasculares graves
La recomendación del comité fue incluir en los envases de esta droga, metilfenidato según su nombre genérico, una advertencia de caja negra, la más seria de la FDA, que indica que su uso conlleva riesgo de muerte o lesiones graves.
Para los integrantes del comité que votaron a favor de la recomendación (fueron 8-7 y una abstención), la advertencia no solamente respondería a una cuestión ética ante la incertidumbre por la seguridad del medicamento, también sería una forma de restringir la prescripción de la droga.
Diana Rigone de Food and Drug Administration de los Estados Unidos FDA, señaló que en el año 2002 en los Estados Unidos se prescribieron a los jóvenes, 10.8 millones de recetas de antidepresivos.
Ellas incluían al “Prozac” (fluoxetina), “Paxil” (paroxetina) y “Zoloft” (sertralina), todas estas drogas actúan como inhibidores selectivos de la captación de la serotonina en el tejido cerebral.
Andrew Mosholder, funcionario de la Oficina de Seguridad de Drogas de la FDA, señaló que un estudio a nivel nacional indica que más del 9% de los varones de 12 años y casi el 4% de las niñas de 11 están medicados.
Tales porcentajes podrían indicar un sobrediagnóstico del síndrome. Un millón y medio de adultos y 2.5 millones de chicos entre 4 y 17 años toman medicamentos contra el TDAH en Estados Unidos.
En Argentina
En nuestro país, últimamente, se ha cuestionado el uso del psicofármaco por parte de los medios de comunicación y círculos profesionales.
En argentina no existen estudios epidemiológicos equivalentes , por lo tanto, no se sabe cuántos chicos consumen metilfenidato.
El Periodico Clarín consulto en el Ministerio de Salud entidad que no estuvo en condiciones de informar cuántas recetas de metilfenidato hay en sus archivos.
En cambio, de acuerdo a datos del Instituto Nacional de Medicamentos de la ANMAT, se sabe que en 2005 se importaron unos 32.620 kilos de esta droga base. Según el Instituto, esa cantidad está dentro de la cuota asignada para nuestro país y cubre la necesidad terapéutica.
De acuerdo a la consultora IMS, entre enero y septiembre de 2005 se vendieron en Argentina 74.514 cajas de metilfenidato bajo las marcas Ritalina, Rubifen, Concerta y Methylin.
En una entrevista publicada por el mismo periodico , Mónica Oliver, jefa del servicio de Psicopatología Infantil del Hospital Alemán y secretaria a cargo del Comité de Salud Mental y Familia de la Sociedad Argentina de Pediatría , Señala:
“Es una medicación que hay que dar con mucho cuidado y control, no se puede recetar con tanta soltura y eso sería bueno advertirlo”, “En muchos casos no se realiza una evaluación completa.
Existe una tendencia a creer que el diagnóstico psicológico de un niño es sencillo y se puede resolver en una entrevista o dos. Por el contrario, se requiere un entrenamiento en salud mental muy específico”.
“Existe una gran preocupación en los científicos que investigan este tema. Hay poca información sobre los efectos a largo plazo, especialmente sobre la salud, el crecimiento y su asociación con el futuro consumo de drogas.
Si bien se recomienda el uso en un plazo de 6 a 12 meses, sabemos que en la práctica se suele medicar varios años sin el control cuidadoso de los efectos adversos y la reevaluación de la indicación”, dice Oliver.
Fuentes: Diario clarín, Revista Creces, Food and Drug Administration de los Estados Unidos (FDA) 2009