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Rota se camina igual

«Rota se camina igual»: la psicóloga que hizo conocida Pampita
y es furor por sus textos en las redes.
Lorena Pronsky creó Curame, una comunidad en Facebook
donde muchas personas logran expresar sus propios dolores y angustias.

Ella, con un lenguaje sencillo, contundente y, a veces, descarnado,
logra poner en palabras aquellas emociones que muchos no pueden decir.

“Uno tiene que curarse primero. Te andan obligando a disfrutar el momento, a soltar lo que te hace mal, a dejarte fluir con las circunstancias y a entregarle todo al Universo para que suceda lo que convenga. Uno primero tiene que curarse. Dejen de mentirle a la gente rota que todos sabemos que a nadie deja de sangrarle la herida por poner las patas en el agua y acariciar al perro mientras se les agradece la existencia a las tostadas que comemos todas las mañanas. La gente pide magia para que no duela y entonces se lo cree, y después los ves por ahí sintiendo culpa por no tener los huevos necesarios para salir a bailar y reírse a carcajadas mientras acaba de enterrar en el medio del pecho al amor de su vida”, dice Lorena Pronsky, que se hizo conocida cuando Pampita posteó su texto Rota se camina igual.

¿Por qué hay tanta gente exponiendo sus dolores públicamente?
Podría hacer la misma pregunta al revés ¿Por qué hay tantas personas ocultando su dolor?

“La gente expone su dolor porque, muchas veces, no tiene otro espacio donde hacerlo. En esta página, no se interpretan los mensajes, se lee y se acompaña. Nadie juzga ni analiza, ni cuestiona el sentir de quien se expresa. Probablemente, por miedo a que todo eso suceda, también, lo esconden. Lo viven entre cuatro paredes y en silencio por temor a ser acusados. La gente en situación de dolor no necesita ser analizada permanente y fuera de contexto. De nuestro entorno, uno espera amor y presencia, un espacio para sentirse escuchado, tenido en cuenta y mimado. Quizá, sea esa la razón por la cual, muchas personas, evitan exponer su dolor en su círculo más íntimo”

“No sabemos qué hacer con el dolor del otro”, Lorena Pronsky lo afirma con mucha contundencia

 

¿Por qué?

“La gente está apurada, tiene sus propios conflictos y muchas veces el dolor ajeno la estorba. Le demanda un tiempo que no está dispuesta a ceder. En algunas personas, la creencia de que debe decir algo para calmar ese dolor de manera eficaz es muy fuerte. Le decimos y le deseamos que se sane pronto, que tome algo para estar mejor, que salga, que disfrute y que trate de olvidar. Le decimos que haga algo para que se le pase y todo esto se convierte en una exigencia a su voluntad, que probablemente en su momento de dolor, no tenga. >> leer más

 

Por Natalia Carcavallo

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