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Tai Chi en la cárcel

Tai Chi en la cárcel o cómo recuperar el valor de la vida a través de las enseñanzas ancestrales.
Hay un mundo nuevo gestándose y eso es tan cierto como que hay otro llegando a su fin. Más allá de la ostentación espiritual de algunos, hay una masa silenciosa de personas que ofrece lo que es y lo que sabe al servicio de algo mayor. Uno de ellos es Juan Pablo Pelacini, que difunde y crea acciones para la reconexión con la sabiduría sagrada de la Tierra.

 

 

Juan Pablo Pelacini es el creador de Árbol del sur, un proyecto que lleva los saberes de los pueblos originarios a las cárceles. Desde el 2016, en la Unidad Penitenciaria nro. 48 de San Martín, Juan Pablo da clases de Tai Chi y charlas sobre el valor de la vida que han generado un gran cambio en las personas privadas de su libertad. Son encuentros semanales que ayudan a ordenar la energía, para luego poder realizar círculos y conversar acerca de las problemáticas a las que se enfrentan allí dentro.

“Buscamos que el tiempo dentro del penal sea una oportunidad de crecimiento y recuperación de la dignidad, el sentido del trabajo y la voluntad. El Tai Chi mejora la capacidad para auto sustentarse, logra armonía en cuerpo-mente-espíritu y ayuda a cambiar la visión que tenemos de nosotros mismos, asumiendo el valor de la vida”, cuenta Juan Pablo.

¿Por qué en las cárceles?

“Porque es uno de los sectores más estigmatizados, negados y rechazados de la sociedad. Más allá del «ellos» y del «nosotros», todos formamos parte de una gran mente. Es el famoso “Inconsciente Colectivo” que canta Charly García. Lo que hacemos dentro de la cárcel, es “impactar” de algún modo, en una pequeña célula de ese gran fractal de la Sociedad. Nuestro propósito es ir a llevar estas formas de conexión con la Tierra, a lugares marginados de esa “Gran Conciencia” que somos todos”

Siendo coherente con este propósito con el que se presentan en su página web, en diciembre de 2016, realizaron en la Unidad un mural de Cóndor, como símbolo de la Fuerza del Cielo. En junio de este año, para el solsticio de invierno, crearon otro mural con un Yaguareté hembra y su cría que representa la fuerza de la Tierra. Las imágenes tienen potencia sanadora, la pintura colectiva, también.

¿Por qué creaste Árbol del Sur?

Nació a partir de un llamado interno, del descubrimiento de una vocación y de la búsqueda de un propósito para mi vida. Creo con total convicción que es necesario volver de forma urgente a vincularnos de forma armónica con la Tierra. La sabiduría de culturas milenarias de nuestra América del Sur ha perdurado en el Tiempo por alguna razón y están más vigentes que nunca. Sus valores sirven como guía para generar sociedades organizadas y equilibradas con los ritmos de la Naturaleza. Árbol del Sur está formado por un grupo de personas convencidas de que las pequeñas acciones generan un cambio que impacta en la conciencia de la gente. “Brindamos talleres y encuentros vivenciales que facilitan la sintonización con los Ciclos Vitales de la Madre Tierra. Además de nuestro trabajo de acción social en la cárcel, estamos desarrollando “El Semillar”, una propuesta pedagógica educativa para transmitir a la futura generación la importancia y el valor de reconocer nuestra relación con la Tierra. En tiempos de celebración de la Pachamama, por ejemplo, realizamos una ceremonia junto a los niños de la Nueva Escuela El Granero”. >> leer más

 

Por Natalia Carcavallo

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