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Transformar la propia basura, hacer sagrada nuestra rutina y resistir -Thich Nhat Hanh

Resistir, aprender a ser feliz lavando los platos y aceptar nuestra propia basura son 3 enseñanzas profundas de las miles que nos ofrece Thich Nhat Hanh, un monje budista que para muchos es conocido como “el otro Dalai Lama” o “ El padre de la atención plena”.Por Natalia Carcavallo

Resistencia no significa oponerse a los demás. Significa protegernos a nosotros mismos, como permanecer dentro de la casa para protegernos del clima. Nos resistimos a ser destruidos por la contaminación de la sociedad, el ruido, la infelicidad, las palabras ásperas y el comportamiento negativo. Si no sabemos cómo cuidarnos, podemos salir heridos y no poder ayudar a los demás. Si nos unimos a otros para construir una sangha que pueda nutrirnos, protegernos y resistir la capacidad destructiva de la sociedad, podremos regresar a casa.

Hace muchos años, sugerí que los activistas por la paz en Occidente establezcan comunidades de resistencia.
Una verdadera sangha es siempre terapéutica. Regresar a nuestro propio cuerpo y mente ya es regresar a nuestras raíces, a nuestro verdadero hogar, a nuestra verdadera persona. Con el apoyo de una sangha, podemos hacerlo.

Sangha se refiere a una comunidad, a una asociación, a un grupo de personas que comparten la vida, se sostienen, se dan refugio, generan pertenencia. Puede ser una comunidad simbólica, creada a través de esas relaciones que vamos tejiendo junto a otros y que forman parte de nuestra red. Son aquellas con las que nos sentimos a salvo, sin pose, sin máscara y con quienes podemos descansar y repararnos para volver a salir al mundo. Aquellos que nos nutren y nos sostienen. Guías, maestros, compañeros. Una hermandad.

¿Tenemos la propia?
¿Quiénes son nuestros incondicionales?
¿Con quiénes estamos seguros de ir a enfrentar a nuestros propios monstruos?
¿Con quiénes vamos a construir lo nuevo?

Si soy incapaz de lavar los platos con alegría, si quiero terminarlos rápidamente para poder tomar un postre o una taza de té, seré igualmente incapaz de disfrutar de mi postre o mi té cuando finalmente los tenga.

Este maravilloso concepto de resistencia forma parte de las miles de enseñanzas que está dejando en tantas personas Thich Nhat Hanh, quien es considerado uno de los líderes espirituales con más influencia en Occidente.
El monje nacido en Vietnam fue nominado al premio Nobel de la Paz.
Ha dedicado su vida a ayudar a la transformación de las personas para que esto produzca también un cambio en la sociedad.

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Sus enseñanzas se basan en la profunda sabiduría budista y son accesibles para todos los que vivimos en esta mitad del planeta gracias a su don para hacernos ver y sentir lo sagrado como una posible experiencia en cada acto de nuestra vida cotidiana.

 

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News on how Thay is doing, as he turned 92 on Thursday 11th October. PV website: https://bit.ly/2OjwRle PDF: https://bit.ly/2PnMZPj #thichnhathanh #birthday

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“Un apóstol de la paz y la no violencia” en Facebook

“Un apóstol de la paz y la no violencia” fue la frase con la que lo describió Martin Luther King. Sus enseñanzas influyeron por décadas en generaciones de buscadores de la paz y del desarrollo espiritual. Además, Thich Nhat Hanh ha dejado su legado escribiendo más de 100 libros. Fundó 6 monasterios y cerca de 1000 comunidades de práctica de atención plena. Junto a 700 monjes y monjas e incontables estudiantes laicos, fomenta esta práctica en todo el mundo.

Su comunidad se agranda a diario en Facebook. Desde allí, también ofrece sus enseñanzas. Las personas en las redes comparten sus frases miles de veces. Con solo buscar en Instagram #ThichNhatHah se puede acceder a infinidad de mensajes que los usuarios de esta red social postean a diario, en todos los idiomas.

La influencia del maestro es tan grande en Occidente que en muchas plataformas de films online, pagos y de libre acceso se puede ver la película “Walk With Me – On The Road With Thich Nhat Hanh”. En ella, se puede entrar en la intimidad de la vida monástica de Plum Village, en el sudoeste de Francia. La película muestra la rutina diaria y los rituales de monjes y monjas en una búsqueda para desarrollar el profundo sentido de presencia, de la sagrada capacidad de poder experimentar el aquí y el ahora.

Anda a lavar los platos

“En mi opinión, la idea de que lavar platos es desagradable solo puede ocurrir cuando no lo estás haciendo.
Una vez que estás parado frente al fregadero con las mangas enrolladas y las manos en el agua tibia, es realmente agradable. Disfruto tomarme mi tiempo con cada plato, siendo plenamente consciente del plato, el agua y cada movimiento de mis manos. Sé que si me apresuro para poder terminar para sentarme antes y comer un postre o disfrutar de una taza de té, el momento de lavar los platos será desagradable y no valdrá la pena vivir.

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Eso sería una pena, por cada minuto, cada segundo de la vida es un milagro.
¡Los platos en sí mismos y el hecho de que estoy aquí lavándolos son milagros!
Si soy incapaz de lavar los platos con alegría, si quiero terminarlos rápidamente para poder tomar un postre o una taza de té, seré igualmente incapaz de disfrutar de mi postre o mi té cuando finalmente los tenga.

Con el tenedor en la mano, estaré pensando qué hacer a continuación, y la textura y el sabor del postre, junto con el placer de comerlo, se perderán. Me arrastrarán constantemente hacia el futuro, me perderé la vida por completo y nunca podré vivir en el momento presente.

Cada pensamiento, cada acción en la luz del sol de la conciencia se vuelve sagrada.
En este sentido, no existe un límite entre lo sagrado y lo profano.
Debo confesar que me lleva un poco más de tiempo lavar los platos, pero vivo en todo momento y estoy feliz.
Lavar los platos es al mismo tiempo un medio y un fin
.
Lavamos los platos no solo para tener platos limpios, también lo hacemos para lavar los platos, para vivir plenamente en cada momento mientras los lavamos y para estar verdaderamente en contacto con la vida».
Esta es otra enseñanza extraída de uno de los tantos libros publicados por Hanh:
«En casa en el mundo: historias y enseñanzas esenciales de la vida de un monje”.

Otra de sus más hermosas prédicas refiere a la aceptación de todo aquello que somos, de nuestra basura, de nuestro barro. El objetivo es transformarlo. No podemos deshacernos de ello. Eso es una pretensión del ego.
El monje lo explica con esta amorosa contundencia: «Aceptar nuestro propio barro, asumir que tenemos basura en nuestro interior. Practicamos como la flor de loto y el barro. La flor de loto no piensa: «No quiero el barro».

La flor de loto sabe que puede florecer tan bella sólo gracias al barro. Para nosotros, ocurre lo mismo. Tenemos semillas negativas en nuestro interior, el elemento del barro, si sabemos cómo aceptarlo, nos aceptamos a nosotros mismos.
La flor de loto no necesita deshacerse del barro. Sin barro, moriría. Si no tenemos deshechos, no podemos florecer.

No deberíamos juzgarnos, ni juzgar a los demás. Sólo necesitamos practicar la aceptación y así progresar sin lucha.
El proceso de transformación y sanación requiere prácticas continuadas. Producimos basura cada día y, por este motivo, necesitamos practicar continuamente para cuidarnos de nuestra basura y convertirla en flores”.

 

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