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Tiempo de cambios, de redes y de sangha

shanga

Saber que tenemos raíces, pertenencia y vínculos incondicionales nos da refugio y amparo. Reconozcamos nuestra sangha, el lugar de nuestra familia elegida.
Por Natalia Carcavallo


Tener una sangha me ayuda a regresar a la superficie cada vez que me hundo. Saberme parte de ella me da alivio, me hace sentir menos sola, y me recuerda la verdad de quien soy cuando las máscaras se quieren apropiar de mi verdadera identidad.

Una sangha es un grupo de personas incondicionales que nos aman, nos apoyan, nos alientan y nos acompañan porque sí, seamos quienes seamos y estemos como estemos.
En la sangha no hay que explicar demasiado, no es necesario que medie la palabra, pero es donde podemos expresarnos sin juicio y somos escuchados con compresión.
En esos grupos de pertenencia que nos permiten tener una familia elegida y donde al fin encontramos un lugar, hay amor y paciencia para todos nuestros estados circunstanciales.

Todas esas personas que están siempre para uno y para quien estamos nosotros siempre, sin importar si hace meses que no nos vemos, sin que sea relevante actualizarnos el día a día, sin que las etiquetas circunstanciales nos definan, conforman nuestra sangha.

En esas redes, hay incondicionalidad, sin exigencia y sin pretensiones, sin necesidad de tener que compartirlo todo, sin reclamos ni deudas. Son conexiones magnéticas, telepáticas, amorosas, de alma a alma en dónde nos reconocemos sin saberlo y muchas veces sabiéndolo.

De cierta manera puede parecer que nos hemos vinculado circunstancialmente, somos de una misma familia, compartimos el colegio, un trabajo, un curso o son amigos de los amigos con quienes hemos creado una red de sostén y presencia inexplicable.
Cuando alguien de nuestra sangha nos necesita no medimos tiempo ni recursos.
Estamos ahí. No sabemos bien por qué, pero siempre les diremos “sí”.

Tengo pertenencia a muchas sanghas y a una que imagino como la Sangha de las sanghas. Eso me hace sentir afortunada. Vivo su manifestación una y otra vez en cada movimiento, cuando las urgencias y las malas experiencias me sorprenden y también cuando la fortuna llega a mi puerta y puedo disfrutarla y compartirla con otros que se alegran genuinamente.

Cuando tenemos una sangha, el logro de uno es el logro de todos. Un paso de alguien facilita el paso de los demás. Y así nos sentimos menos solos y sabemos que tenemos refugio, un lugar, un espacio y una red de conciencia de donde tomar fuerza.
Nos potencia la certeza de que estamos haciendo algo por nosotros mientras lo hacemos por otro y que lo que hacemos por el otro es por nosotros también.

Cuando nos sabemos parte de una sangha hay una potencia que se despliega y la vida nos vuelve a habitar, el camino se despeja y todo encuentra un nuevo orden porque encontramos con quien compartir lo que se nos presenta como caos.

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sangha Photo by Henning_W on Pixabay

Esta es mi descripción desordenada y honesta de lo que es una sangha.
La sentí desde siempre y un día encontré la palabra que describía esa hermandad, esa red de conexiones no lineales, de causas y de consecuencias entrelazadas de una manera diferente y atemporal, de magia, de amor que se despliega, de servicio desinteresado y de fuerza colectiva.

En tiempos de incertidumbre, de confusión y de desasosiego, el único aporte que puedo hacer hoy es compartir en este espacio, la descripción de lo que es una sangha desde las palabras del monje budista Thitch Nan Hat para que cada uno de nosotros pueda reconocer que es parte de una y pueda tomar refugio en ella.

“En mi tradición aprendemos que como individuos no podemos hacer mucho. Es por eso que tomar refugio en la sangha, tomar refugio en la comunidad, es una práctica muy fuerte e importante. Cuando digo “Tomo refugio en la sangha”, no significa que esté expresando mi devoción. No, no es una cuestión de devoción; es una cuestión de práctica.
Cuando no pertenecemos a una sangha, cuando no tenemos el apoyo de un grupo de amigos motivados por el mismo ideal y la práctica, no podremos ir muy lejos.
Sin una sangha somos muy débiles. En una sociedad donde todos van deprisa, cada uno se deja llevar por la energía de sus hábitos, la práctica es muy difícil.
Es por eso que la sangha es nuestra salvación”.

“No te encierres detrás de la puerta y pelees solo. Si crees que no puedes luchar con los sentimientos fuertes por tu cuenta, puedes pedirle a uno, dos o tres amigos que se sienten junto a ti y te ayuden con su apoyo.
La presencia de una sangha es una maravillosa oportunidad para permitir que su energía colectiva ingrese a nuestro cuerpo y nuestra consciencia. Si sabes cómo usarla, tendrás una fuente poderosa de energía para tu transformación y reconciliación. No luches, no intentes hacer algo, sólo permítete estar con la sangha. Permítete descansar y la energía de la sangha va a ayudarte, te llevará y te sostendrá. Cuando estamos rodeados de hermanos haciendo exactamente lo mismo, es fácil fluir en la corriente de la sangha”.

Tomar refugio en la sangha

Estos son algunos de los párrafos que sincrónicamente encontré cuando decidí que era importante traer el concepto de sangha a este espacio. Son reeditados de Amigos del Camino: Comunidades Espirituales Vivas (2002) por Tich Nhat Hanh con el permiso de Parallax Press, Berkeley, California y traducción al español de Sebastián Tovar. Otras ideas fundamentales para comprender un poco más y poder observar lo afortunados que somos de tener estas pertenencias son los que siguen a continuación.

Cuando decimos “Tomo refugio en la sangha”, no hacemos una afirmación, estamos practicando:

“Cuando practico caminando, lo hago con pasos atentos y hermosos. Hago esto no solo por mí mismo, sino también por todos mis amigos presentes; para que todos los que me ven dando pasos como esos tengan confianza y recuerden hacer lo mismo. Y cuando den un paso en el momento presente, sonriendo y reconciliándose consigo mismos, nos inspiren a todos. Tú respiras por mí, yo camino por ti, hacemos cosas juntos, ellas nos inspiran a todos. No necesitas hacer mucho esfuerzo; tu práctica es fácil porque sientes el apoyo de la sangha. Si creemos que podemos vivir solos, aparte de la sangha, no conocemos nuestras fortalezas o debilidades. Gracias a la sangha, no entramos en caminos de oscuridad y sufrimiento. Aun cuando pareciera que la sangha no está haciendo nada, de hecho, está haciendo mucho, porque en la sangha hay protección”.

“Si vemos un grupo de gente que vive con consciencia, capaz de sonreír y de amar, obtenemos confianza en nuestro futuro. Cuando respiramos, sonreímos, descansamos, caminamos y trabajamos con consciencia, nos convertimos en un elemento positivo para la sociedad e inspiraremos confianza alrededor nuestro. Esta es la manera en la que evitamos que la desesperación nos agobie. Es también la manera en la que podemos ayudar a generaciones más jóvenes a que no pierdan las esperanzas. Es muy importante que vivamos nuestro día a día de una manera que demuestre que el futuro es posible.”

Sangha: no es un lugar para esconderse

“La sangha no es un lugar para esconderse y evitar tus responsabilidades. La sangha es un lugar para practicar la transformación y la reconciliación de cada quien y de la sociedad. Cuando eres fuerte puedes estar presente para ayudar a la sociedad. Si tu sociedad está en problemas, si tu familia es disfuncional, si tu iglesia ya no puede proveerte una vida espiritual, entonces te esfuerzas en tomar refugio en la sangha para restaurar tu fuerza, tu comprensión, tu compasión y tu confianza. A cambio, puedes usar esa fuerza, entendimiento y compasión para reconstruir tu familia y tu sociedad, para renovar tu iglesia, para restaurar la comunidad y la armonía. Esto sólo puede lograrse como una comunidad, no como un individuo, sino como una sangha”

Que así sea.

Natalia Carcavallo
wetoker.com

Photo by Henning_W on Pixabay
Image by Quang Nguyen vinh from Pixabay

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